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El Instituto Geofísico (IG) de Ecuador descartó el día 10 una erupción violenta del volcán Reventador, cuya actividad aumentó drásticamente la noche del pasado sábado.
El director del IG, Hugo Yepes, dijo que sobre la base de la información de que dispone, el IG "descarta la posibilidad que se trate de una erupción explosiva", superior a la que se registró en noviembre de 2002.
Hace seis años, el coloso, ubicado 100 kilómetros al este de Quito, lanzó toneladas de ceniza que por efectos del viento se depositaron sobre la capital ecuatoriana.
Yepes indicó que la actual actividad eruptiva tiene como principal producto un flujo de lava que desciende por el flanco sur del volcán.
Esa actividad ya se registró en julio pasado, durante otro pulso eruptivo del volcán, que desde 2002 ha presentado varios periodos en los que su actividad aumenta.
Después de ese pulso eruptivo, la actividad sísmica del volcán disminuyó, aunque no por bajo del nivel considerado como normal, de unos 20 temblores leves internos por día.
El Reventador, de 3.485 metros de altura, se encuentra en una estribación de la cordillera oriental de los Andes ecuatorianos, puerta de entrada hacia la Amazonia.
Este volcán y el Tungurahua, en el centro de la cordillera andina de Ecuador, son los más activos del más de medio centenar de volcanes que existen en el país.
El volcán Reventador incrementó su actividad el sábado y este lunes expulsaba lava. Sin embargo, no es grave ni representa mayores peligros, según Yepes.
"De lo que se trata es que tenemos una más de las erupciones del Reventador. A partir de la gran erupción que hizo en 2002, desde 2004 ha empezado un proceso de erupción con flujos de lava, los que no representan peligro a la vida humana", dijo.
De acuerdo con el director del Geofísico, la generación de lava se prolongará por unas dos semanas.
"La actividad del volcán está caracterizada por explosiones de magnitud moderada", indicó Patricio Ramón, técnico del Geofísico. "Lo que nos preocupa es la salida de los flujos de lava", agregó.
El Instituto Geofísico confirmó que hasta el momento no han existido caídas importantes de ceniza en ninguna ciudad del país.
Por precaución, el domingo se suspendieron las actividades del aeropuerto de Quito, sin reportarse incidentes.
El coloso mantiene una incesante actividad eruptiva con frecuente emanación de lava que ilumina las noches del norte de los Andes de Ecuador, pero no atemoriza a los vecinos del coloso.
La nube de vapor y ceniza se ve a kilómetros de distancia y amenaza con expandirse hacia la capital.
En el pueblo más cercano al volcán, que lleva el mismo nombre de la montaña, la población está tranquila, pese a que las explosiones del sábado causaron un gran estruendo, dijeron testigos de los primeros momentos de la erupción.
La lava y los materiales piroclásticos (rocas candentes) se desplazan en dirección opuesta al caserío, donde sus habitantes aseguran que se han acostumbrado a convivir con el coloso.
Algunos pobladores dijeron en la televisión local que ya no le temen al volcán, que se ha convertido en atractivo turístico y en foco de atención de la prensa y los científicos.
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